17 de febrero de 2011

No tan porque sí:

Exceso de signos de admiración en mis cartas/mails/mensajes por celular/etc.
Tendencia a no poner títulos. O todo se titula: "-.-". En su defecto: ".-."
Escribo tantísimo en el aire.
Es una gran mentira que las personas no cambian. Sí que cambian. A veces, increíblemente.

12 de febrero de 2011

9 de febrero de 2011

Lecturas para Romi y para el pajarito sin nombre.

Rom, saltando de mi tu tan tan Clarice a tu poema. La revuelta de antiguos subrayados en rojo. Y las ganas de leerlaS otra vez por vez primera.

Pajarito, vos sabés por qué, siempre. Y agrego esto de Olivier Abel que picoteé anoche: "Si tuviera que retener una sola palabra de ese Ricoeur amistoso, recordaría lo que me dijo en un momento un poco triste para mí: "Y bien, viva." "



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En mi muda petición de socorro, luchaba contra una difusa alegría primera que no quería reconocer en mí porque, incluso difusa, era ya horrible: era una alegría sin redención, no sé explicarte, pero era una alegría sin esperanza.


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Comprendía que "pedir" era todavía los últimos restos de un mundo nombrable que cada vez se volvía más remoto. Y si yo continuaba queriendo pedir era para aferrarme a los últimos restos de mi civilización antigua, aferrarme para no ser arrastrada por lo que ahora me reivindicaba. Y a lo que - en un gozo sin esperanza- me abandonaba ya, ah, quería ya abandonarme, haber experimentado era ya el comienzo de un infierno de querer, querer, querer.... Mi voluntad de querer, ¿era más fuerte que mi voluntad de salvación?

Cada vez más, no tenía yo nada que pedir. Y veía, con fascinación y espanto, los trozos de mis ropas podridas de momia caer secas al suelo, y asistía a mi transformación de crisálida en larva húmeda, las alas, poco a poco, se encogían chamuscadas. Y un vientre todo nuevo y hecho para la tierra, un vientre nuevo renacía.


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Pues la actualidad carece de esperanza, y la actualidad no tiene futuro (...)


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(...) yo quiero la actualidad sin emparejarla con un futuro que la redima, ni con una esperanza; hasta ahora, lo que la esperanza quería en mí era solamente escamotear la actualidad.

Pero quiero mucho más que esto: quiero encontrar la redención en el hoy, en el ahora, en la realidad que está siendo, y no en la promesa, quiero encontrar la alegría en este instante (...)



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Y quiero saber si la esperanza era un compromiso con lo imposible. O bien era una puesta al día de lo que es posible ya, y que no conozco ni tengo por causa del miedo. Quiero el tiempo presente que no tiene promesas, que es, que está siendo. Éste es el núcleo de lo que quiero y temo. Éste es el núcleo que jamás quise.


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Y también mi miedo era ahora diferente: no el miedo de quien aún va a entrar, sino el miedo mucho mayor de quien ya entró.

Mucho mayor: era miedo de mi carencia de miedo.


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Te diré: es que temía una cierta alegría ciega y ya feroz que comenzaba a apoderarse de mí. Y a perderme.

La alegría de perderse es una alegría de sabbat. Perderse es un peligroso hallarse. Yo experimentaba en aquel desierto el fuego de las cosas: y era un fuego neutro. Vivía de la textura de que las cosas están hechas. Y era un infierno, aquél, porque en aquel mundo donde yo vivía no existe piedad ni esperanza.


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La esperanza era un aplazamiento para mí.


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Mas ahora veo lo que me acontecía en verdad: tenía tan poca fe, que había inventado solamente el futuro; creía tan poco en lo que existe, que remitía la actualidad a un promesa y a un futuro.


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Sé que si abandono lo que fue una vida toda organizada por la esperanza, sé que abandonar todo eso -en favor de ese algo más amplio que es estar vivo-, abandonar todo eso duele como separarse de un hijo aún no nacido. La esperanza es un hijo aún no nacido, sólo prometido, y eso hace daño



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Somos nosotros quienes no soportamos esta luz siempre actual, y entonces la prometemos para después, tan sólo para no sentirla hoy mismo y ya.


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Pues prescindir de la esperanza significa que tengo que pasar a vivir, y no sólo a prometerme la vida. Y éste es el mayor miedo que puedo sentir. Antes esperaba. Mas el Dios es hoy: su reino ya ha comenzado.

Y su reino, amor mío, también es de este mundo.



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Y he aquí que yo aprendía que la promesa divina de vida ya se está cumpliendo, y que siempre se cumplió. Anteriormente, sólo de vez en cuando, me era recordado, en una visión instantánea y luego borrada, que la promesa no es sólo para el futuro, es ayer y permanentemente hoy: pero me resultaba chocante. Prefería continuar pidiendo, sin tener valor para tener ya.

Y tengo. Siempre tendré. Basta necesitar para tener. Necesitar nunca termina, pues necesitar es la inherencia de mi neutro. Lo que yo haga de la petición y de la carencia, eso será la vida que habré hecho de mi vida. ¡No situarse ante la esperanza no es la destrucción de lo solicitado! Y no es abstenerse de la carencia. Ah, es aumentarla, es aumentar infinitamente la petición que nace de la carencia.



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Cuando se comprende a fondo el vivir, uno se pregunta: pero ¿ era sólo esto? Y la respuesta es: no es sólo esto, es exactamente esto.


(Los fragmentos son de La pasión según G.H de Clarice Lispector)

1 de febrero de 2011

Lunes

Vino ele a casa y habló del sur, del sur del sur y de todas las distancias antes de llegar cada vez. Escuché y convidé. Le devolví su paraguas que podría deslizar toda el agua del mundo o sacarte a pasear si es el viento. Dejamos todo arreglado para ir a bailar el jueves, aunque los planes ya cambiaron. Hablamos de países, de varios países.

A la tarde llevé los libros a Rubén y como me quedaba media horita....Cuando le pregunto por Clarice y Siruela e intenta mostrarme otras opciones aclaro "Es que estoy enamorada de esa edición". Uso mucho la palabra "enamorada" últimamente. Si vos olieras mi plantita de albahaca, por ejemplo. O vieras como todo se acomoda a mis ganas...Pues nada, el poder del plastiquito: La lámpara de Clarice y dos de Ricoeur (amo ¿ves? escucharlo hablar de la esperanza)

Con ene tomamos café y "Éste no es un bar para no ser visto"; buscamos velas azules y caminamos y jazmín y caminamos.

Cenamos con ele, erre y sí, con jota nadando. Brindamos por quienes vendrán y por nosotras que estaremos. a se lo está perdiendo todo, qué tonta y allá ella. Lo que más dije fue "delicioso". La mano sobre el vientre.

Lecturas egocéntricas: Gabriela, clavo y canela.





Martes

Pesadilla. Sed. Dolor de estómago mal.

El cartero, mi nombre, caracoles marinos e imanes.




Miércoles

Hubiese querido participar de la 10ma Liberación Masiva de Libros, pero al final.... Será la undécima, cuando empiece el otoño. Ya sé en qué plaza soltarlo. Adiviná!




Jueves

Me dice: "a ver cuándo terminás". "voy a terminar". "ya lo sé, lo que quiero decir (traducción) es que", y sigue con lo que es harto conocido. Si a cada paso que soy (touché!), si a cada paso que doy, descubro y me enamoro y me sumerjo, entonces, me demoro una luz más o dos de las que "debería". Lo mejor hasta ahora ha sido la bifurcación.

Aprendizaje del día: no llegar a encabritarse, soltar. Al final, fuimos a la casa de e. Despedimos a ese que se va, lejos. Está extraña, luminosa de alegría. Le viene perfecto el "rara, como encendida". No sé evitar percibir las atmósferas.
"¿A dónde te vas, Gabi?" "Este año no me toca. "¿A dónde te vas?" "Me fui a Tanti, cuatro días. A Miramar, dos días." "Ah" Al rato y para todos: "Entonces, es que está planeando irse muy lejos!"


Lectura nocturna:

"Tal vez era preciso, ante todo, elegir la vida contra la escritura para poder, algún día, escribir y vivir. ¿Pasaje de todos, de mí también, por la afasia? Pero ¿no salgo acaso de ese estado al escribir estas páginas? ¿"Duelo de la escritura" con vistas al duelo de la memoria? Puesto que no somos fuertes. Hay que recoger un poco las velas, durante mucho tiempo, antes de enfrentar la tormenta. Pues lo que debo aceptar es también su suicidio. Aquí me toca la pregunta de J.S. : "¿De veras he vuelto?" "

Paul Ricoeur

(recoger las velas, no quemar las naves)



Viernes




Sábado

-Tenés mucho para escribir.
-Ya me olvidé
-¿Tan rápido?
-De los detalles...

*

Seguirle el juego es escucharla y nada más. No tiene ningún sentido contradecirla, ni darle pruebas. Sé que muchas cosas no son ciertas. Por ejemplo: no están todos muertos. A veces, la puerta queda entreabierta y pasa alguno de ellos, de la cocina al patio. No se abrió un hueco en el techo y cayó. La ropa en los placares sigue ahí porque la están usando. Nadie te quiere matar. Otros ejemplos: su médico le pidió matrimonio, ella le dijo que no "ya estuve casada una vez, y no quiero volver a casarme". Después, él mató a una mujer y se murió. "¿Quién me va a atender ahora?" Mi hermana tiene la habilidad de ir haciéndole preguntas, yo no. Cuando sé que es mentira, apenas me sale mover la cabeza para mostrarle que sigo el hilo de su historia, o darle la mano cuando me parece que se lo humedecen los ojos. Pero no llora, cuenta.


Hay otras cosas que no sé: si a Perla la picó una víbora justo en medio de los ojos, se desangró por una semana y por eso se salvó. Si el jazmín del cabo está detrás de la ventana, si lo trajo ella de la otra casa. Entonces, suspendo la separación "realidad/ficción", suspendo casi todo y ahora sí me animo a hacerle a algunas preguntas... Es una limitación mía.

Sería una torpeza preguntarle por sus libros, porque no puede leer. A los pájaros sólo los distingue por su canto. Hablamos de ellos. Cardenales, jilgueros y brasitas.

Si no supiera que están vivos, le creería. Por cinco minutos lo voy a hacer. La muerte de jota es espectacular, casi de prócer. Muere en el campo. Cae. Sus últimas palabras son para ella y de amor " Decile a Julia que no me olvide". Suspira.

(Leíste tanto! Ahora podés inventarte las muertes que más te gusten. Pensar que he leído lo mismo, tus libros. Todos. Cuando era chica y no había cielo sino estrellas. Te juro que te los volvería a leer si escucharas...)

Me mata de amor: a sus 93 años mi abuela y yo tenemos una causa más en común, también se sumó a la cruzada de los "te quiero mucho" "te extraño" "volvé seguido". Besos y abrazos. Lo más que se pueda porque no sabemos hasta cuándo. Antes no era así, para nada. Ahora, su cabecita estará dónde, pero construyó siglos en la expresión del amor.

¿Ejemplos de qué? No sé si vas a poder volver o si vas a revivir a tus muertos, si nos vas a reconocer la próxima vez. De alguna manera, estás y estamos más ahora que en todo el pasado. En otro nivel, en medio del delirio, volviste. Nos perdemos y ganamos de modos extraños.



Domingo