18 de junio de 2012

Pura vida


Hacía mucho tiempo que no escribía una de esas cartas donde siento el peligro de dejar mi vida. "Dejar la vida" es una frase bastante curiosa para expresar el jugarse entero, un abandonarse que hace que la vida te abrace por completo.

Sentir que puede haber un antes y un después de la escritura que es genuino acto de intimidad, un gesto de amor, vaciarse por completo más allá de todo riesgo, desnudarse hasta decir "soy solo esto, mirame", no tener la menor duda de que en ese movimiento algo fluye, la sustancia vital, el tiempo, lo innombrable, la sangre, descubrir que ahí ocurre una auténtica transformación, es algo que no cambio por nada del mundo. Constituye una de las experiencias más hermosas de ser, y me siento profundamente agradecida de estar viva.

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