27 de octubre de 2012


Me encantan los días en los que tengo la casa solo para mí. Disfruto increíblemente del silencio, de esa disponibilidad absoluta que tienen todas las cosas.
Hoy cerré la compu, saqué la silla de mi escritorio al patio que da a mi habitación, busqué las papas fritas que madre me compra para mimarme, saqué mi cervecita del freezer y pasé un momentito ahí...

Estar es suficiente.
Esa sensación de verano de la que hablábamos ayer sigue aunque una tormenta amenaza desde hace horas... Estoy contenta porque sí y tengo la certeza de que ciertos días puedo disfrutar de lo mínimo que es todo.
Brindo por nosotros
Te amo

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