El único recuerdo que tengo es este: ella parada frente a la puerta, como a punto de irse o de entrar, o yo en cualquiera de esas acciones, da igual. Tal vez un saludo, pero así, en tránsito. Ella bajita, con la cara un poco hinchada por su enfermedad, quizás una pollera gris o verde seco. Parada y sonriendo.
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