11 de noviembre de 2012

(La belleza de esa mujer transforma los lugares a los que llega)

"Amar a los que son así: cuando entran en una habitación, no son personas, caracteres o sujetos, sino una variación atmosférica, una variación de color, una molécula imperceptible, una población discreta, una neblina o una llovizna."

Deleuze

31 de octubre de 2012

[Leo a Olga y lloro,lloro, lloro. No puedo hacerlo sin emocionarme. Su poesía es mucho más que muy hermosa. En cualquier momento va a venir el herrero y yo tengo los ojos hechos de caminos rojos. Tendré que decirle "Estoy leyendo a Olga" y que él se ocupe de comprender y de guardar silencio.]

Tú, la más imposible
A Yola
Como garra de puma es esta pena,
como sangre que cae a sobresaltos de un adiós a otro adiós,
como arena de vidrio entre los dientes.
Es la cuota definit§iva de la soledad, el saldo de la herencia.
Voy a mirar atrás la parte que me dejas.
Voy a partir en dos nuestras hogueras,
el palomar, los soles, las tormentas, las quintas y los médanos.
Quiero partir en dos lo indivisible.
Pero entonces se desmorona el mundo, se me desteje todo el universo.
   
Porque sólo eran míos y nada más que míos
los rincones del miedo y las lentas ortigas de la penitencia,
y apenas, ni siquiera.
Mío sólo es el luto.
Ahora soy yo sola para toda la pena.
Y la casa se va, la casa insomne
que se levanta y anda entre las ruinas se va yendo contigo.
El carruaje encantado, el carruaje de risas, el carruaje de fiesta,
se bambolea, oscila,
cruje bajo la luna con sus preciosos huesos:
se ha vestido esta vez de blanco carromato de la muerte.
Tú estás diciendo adiós desde lo alto;
saludas alejándote, como desde la pista de algún circo perverso.
Tu prueba fue rodar magistralmente por el tejado hasta la canal¨eta,
como en aquellas siestas, como en ésta.
¿Y si saltaras desde ayer hasta hoy,
si estuvieras cayendo todavía del árbol al estanque
y surgieras de pronto coronada de dueña del verdín para esta hora,
así como demora siglos en llegar la luz de las estrellas?
Vertiginoso y lento también fue tu esplendor
y así fue tu plumaje
-la tibia cabellera de la selva desplegada en la ola-.
Nadie tuvo en los ojos tanto fulgor de antorchas,
tantas chispas de luciérnagas ebrias en la noche cerrada,
ni en la boca una risa tan semejante a un vuelo en pleno mediodía.
Nadie tendrá después ese perfume de ámbar y canela,
ese vaho que asciende al levantar las piedras de nuestra propia tribu,
ese aliento de espuma que nos llega de remotísimas orillas.
Bajo las mismas alas
el viento susurró en nuestros oídos distintas melodías:
a ti te dictó el canto seductor de la dicha en un jardín cautivo
y bordaste tu casa para una larga fiesta, contra humaredas y> tormentas,
porque tuyo era el hilo y tuya era la trama del tapiz.
Tu ciencia fue trocar en prodigio cada error
y convertir las culpas y las furias en un grano de sal,
la inconstancia en un soplo y los remordimientos en escombros.
Pintaste de colores brillantes los fracasos
y pudiste cubrir tus retiradas con huesos para perros y jirones dorados.
¡Ah tu alquimia secreta para lograr el filtro del olvido!
Conseguiste borrar las capitales de la oscuridad, los ríos del abismo.
Apenas si retenías un puñado de perlas ganadas al destino.
Tu museo cabía en la memoria de un pájaro feliz.
No sé si recordabas el chirrido de la roldana del aljibe
cuando el balde subía cargado de regalos en las celebraciones infantiles.
A veces vuelvo a oír ese mismo sonido destemplado
cuando el insomnio arroja su cubo de agua amarga sobre mi rostroH frío.
Pienso si aún recordarás que fuimos ángeles, girasoles, Julietas y hechiceras.
Ahora ya eres reina. Tú llegaste primera,
y ahora soy apenas poco más que mendiga en el final de la carrera.
Tú ya lo sabes todo,
y hasta podrás mirar por dentro un hormiguero, así como querías,
y acaso sea el mundo,
el mismo mundo de las emboscadas donde algo jugó mal;
te atrapó a tientas alguna sombra informe, la sustancia innombrable,
y estampó a sangre y fuego en tu costado la mancha venenosa.
No pudiste cambiar el desenlace,
corregir el color de un cielo de amenazas,
volver atrás las últimas puntadas del prolijo tapiz.
Tú, la más imposible de los muertos.
Ahora vas en coche, vas en casa que rueda por el blanco arenal,
y ya no puedo hablarte a través del espejo, como siempre,
como cuando cambiábamos sonrisas y secretos sólo con las imágenes2 hermanas,
sólo con los reflejos.
Pero debo decirte que a tus plantas las abatió esa tarde una ráfaga helada
y tus pájaros sueltos aletean y chocan contra la oscuridad.
No, no estoy escondida en un armario
ni juego a que me parten de nuevo el corazón.
Estoy aquí para apagar las luces, para cerrar las puertas,
cuando vuelva por mí la casa en que te vas.

Olga Orozco

27 de octubre de 2012


Me encantan los días en los que tengo la casa solo para mí. Disfruto increíblemente del silencio, de esa disponibilidad absoluta que tienen todas las cosas.
Hoy cerré la compu, saqué la silla de mi escritorio al patio que da a mi habitación, busqué las papas fritas que madre me compra para mimarme, saqué mi cervecita del freezer y pasé un momentito ahí...

Estar es suficiente.
Esa sensación de verano de la que hablábamos ayer sigue aunque una tormenta amenaza desde hace horas... Estoy contenta porque sí y tengo la certeza de que ciertos días puedo disfrutar de lo mínimo que es todo.
Brindo por nosotros
Te amo

27 de septiembre de 2012

23 de agosto de 2012

(sincronía pura)

...
Yo vengo sin idiomas desde mi soledad,
y sin idiomas voy hacia la tuya.
No hay nada que decir,
pero supongo
que hablaremos desnudos sobre esto,
algo después, quitándole importancia,
avivando los ritmos del pasado,
las cosas que están lejos
y que ya no nos duelen.

Luis García Montero

11 de agosto de 2012

La espera de mí

Si me mostraba así hubiera tenido que dar explicaciones, y terminar en las palabras de siempre. Como aún no surge lo nuevo en todo su esplendor, existe el peligro de que vuelva a suceder, de que lo viejo se agolpe en su afán por restituirse. Eso sería para mí un verdadero gasto, y no estoy dispuesta.

Esta vez decidí vivir plenamente la soledad que me corresponde por mi ejercicio de libertad. En un acto de alquimia he logrado quedarme en ella como en un territorio digno de ser poblado sola.

4 de agosto de 2012

Eso tiene poco que ver con el amor. Creo que el amor es cumplimiento y que el solo deseo es ausencia. Me parece que esa sensación - no la podemos llamar sentimiento- que está alimentada exclusivamente por un deseo que se renueva como deseo y nada más que deseo, es sólo una ansiedad por colmar una distancia, pero que no lleva a una plenitud de otra naturaleza como es a la que te lleva el amor completo, realizado, pleno.

Olga Orozco

3 de agosto de 2012

Algo así:

(No te he hablado suficientemente aún del creciente elemento mágico que ha invadido mi vida, de los deseos que se ven colmados enseguida. Te asombrarías mucho)

Henry Miller

18 de junio de 2012

Pura vida


Hacía mucho tiempo que no escribía una de esas cartas donde siento el peligro de dejar mi vida. "Dejar la vida" es una frase bastante curiosa para expresar el jugarse entero, un abandonarse que hace que la vida te abrace por completo.

Sentir que puede haber un antes y un después de la escritura que es genuino acto de intimidad, un gesto de amor, vaciarse por completo más allá de todo riesgo, desnudarse hasta decir "soy solo esto, mirame", no tener la menor duda de que en ese movimiento algo fluye, la sustancia vital, el tiempo, lo innombrable, la sangre, descubrir que ahí ocurre una auténtica transformación, es algo que no cambio por nada del mundo. Constituye una de las experiencias más hermosas de ser, y me siento profundamente agradecida de estar viva.

15 de junio de 2012

"Escarba, escarba en donde más duela en tu corazón"

Olga Orozco


Justo cuando necesitaba serenidad, junio me regala tormentas. Mi primer reacción emocional es desbordada y no me queda más que esperar, dejar pasar, confiar aun en este tiempo.

Después y como siempre, escribir, excavar dentro.

29 de mayo de 2012

La oscuridad es otro sol o la excavación


“He contado muchas veces que empecé a escribir antes de saber escribir”¨

Olga Orozco

Ante las incógnitas provocadas por la intensidad del vivir, la niña que era y es Olga en su cielo aprende a preguntar, preguntar, preguntar. Sus interrogaciones lanzadas al aire, al pájaro, experiencia vital, se ahondan buscando el jardín, abordan al mundo entramándolo. No le satisface la clausura de las respuestas, o mejor dicho: entiende sólo de respuestas que son nuevas preguntas que tejen más allá. ¿Hasta dónde? Hasta el silencio, o lo inevitablemente vedado. Hasta lo que antecede al verbo primero, su antesala. Hasta que “lo imposible sea”. Aun del otro lado.

Cada historia personal transcurre entre dos gratuidades: el nacimiento y la muerte. De un punto al otro (o al mismo: la vuelta al origen) ocurre la trama donde nos jugamos la vida o la vida nos juega. En los relatos de infancia de La oscuridad es otro sol (1967) de Olga Orozco somos partícipes de las primeras veces de Lía “que vuelve desde el porvenir”, de las experiencias vitales que tiene jugándose: el amor, la muerte, el dolor, las traiciones, lo extraordinario… En la creación, esos acontecimientos esenciales no pertenecen de manera rigurosa, ni menos aun estanca, al “tiempo de la infancia”, sino que ruedan dentro de una memoria circular que los muestra en movimientos multidireccionales, bajo la luz de retornos y anticipaciones. “Acaba de suceder por primera vez. Acababa de marcar hacia delante a todas las mujeres que trasladarían sobre mi sus propias malicias, sus delirios y sus intenciones aviesas”. Hay alteraciones (algunas desmoronan la fatídica relación causa-efecto), simultaneidades, un “desorden” que enriquece la experiencia y sus sentidos. Que alivia cargas, también. En una conferencia dada en Córdoba la autora expresó su deseo de violentar así al tiempo, de transgredirlo para luchar por la vida. Este modo de percibir el tiempo/memoria, quizá, nos permita “trasladar” los símbolos que construyen el mito de la infancia a otros tiempos de nuestra vida. Para ingresar al juego en todo presente, para permanecer siempre en el aprendizaje del extrañamiento.

Olga empieza a escribir hablando, jugando con las palabras, tejiendo aquella interrogación que mencionaba al comienzo. El papel viene después. Como en un juego peligroso, en estos relatos que dibujan el origen de su escritura todo parece estar para abrir o ser abierto. Hay puertas –preguntas- que se multiplican incesantemente, también falsas puertas –preguntas-, laberintos y pasillos que no se sabe si dan a muro o al verde. ¿Acaso abrir no es también cerrar? ¿El pez pájaro? ¿El cielo, el suelo? Olga puede ver en sus relámpagos la unidad de todos, lo primero (otra vez el verbo). “La conjugación es una sola persona. Cada uno es lo otros, y mi nombre y el tuyo son solo una impostura”. Aun cuando “de este lado”, en la caída, se develan motivos incompletos/ sed/ desesperanza: lo separado, lo cerrado, descubre como contrapunto una continuidad que trasciende lo aparente y sus posibles. La pregunta excava, excava, y llega al fondo del cielo.

La profundidad milagrosa, la generosidad textual y vital de estos relatos, nos dan la posibilidad de realizar una lectura con los ojos cerrados, afín a un tacto. Hay relieves que parecen no terminar de explorarse nunca. Es asombrosa la densidad, los espacios que siguen abriéndose a pesar de las sucesivas leídas, como velas mágicas que vuelven a prenderse para que pidamos más deseos. Pedí lo imposible. Y que sea.


(Publicado en Bitácora de Vuelo y en El jardín posible)


27 de mayo de 2012

Mi abuela Margarita en sus 80

(enfática y risueña)
- Tengo unas ganas de ponerme a escribir yo.....¡ah, todas macanas!
Todos los motivos de mi vida interior son acuáticos: icebergs de fuego, la inmensidad del océano a diestra y siniestra, el miedo terrible que me provoca imaginar lo que ocurre debajo de los transatlánticos.

En esporádicas reuniones

Nuestra relación consiste en un saludo de bienvenida y otro de despedida, con intercalo de un "cómo estás" que es pura fórmula. Eso no tendría nada de extraño, ni siquiera cuando te une la sangre. Pero que pretenda que yo actúe como si hubiera algo y más, que juegue al como sí con el único propósito de mantener formas hipócritas, conmigo es cosa vana. Cualquier discurso que teja en mi contra, vuelve y la envuelve.

25 de mayo de 2012

Lo he visto vendiendo caramelos en la entrada del Cine Teatro Córdoba. Toma el c4 en 27 de abril y "elige" el primer asiento. Tiene algo que me recuerda a mi tío, no sé si es exactamente físico.

Casi siempre es igual: cuando siente que estoy a su lado o detrás me pregunta la hora. En cada parada hace un ruido raro con su boca ¿cuenta? ¿identifica?. Cuando el colectivo dobla por ahí me pregunta ¿Estamos en Fleming? Y siempre le digo que sí. Me bajo y él sigue...

Podría ser yo o cualquier otra persona que ocupe esos lugares.

*
Llevo décadas haciéndolo y el viaje es tan absurdamente largo, que algo hay que inventar. A veces juego a cerrar los ojos y seguir el camino con el recuerdo. En algún momento digo "debemos estar en tal lugar" y los abro para ver si es cierto. Desafortunadamente el acierto es una consecuencia de la costumbre y la domesticación.

Continuidad de los sueños reparadores

Aparecen personas que ya no están más en mi vida, que fueron importantes en su momento y después no. O sí, pero no. Es simplemente como dice Olga: "y después ya no estaban". Como sea, la vida compensa. Jota me da un abrazo; A revierte sus palabras; yo puedo saber cómo está Ce....

A veces, después de siglos de luz, releo estas palabras y me encuentro riéndome como loca porque no sé a quién nombraba cada inicial. El olvido es y no es una trampa. Caigo y no caigo. Me elevo.


20 de mayo de 2012

ese no me reconoce,
a lee mi libreta roja,
ene duerme.
hay un ruido de auto a alta velocidad

estoy helada como un grito

8 de mayo de 2012

Tarde es temprano

He perdido muchas oportunidades de ese tipo. Aún no sé muy bien por qué. Algunos días lo imagino como una salida de escena y mi aparición repentina en otra parte.

21 de abril de 2012

13 de abril de 2012

"las hebras que segrega la sustancia de la poesía"

A lo sumo un ansioso follaje que susurra el idioma del amor, una lluvia sensual embalsamada por el asombre y el deseo, una provocación al fuego, al erotismo.

Olga Orozco





El amor llegó hasta a mí o llegué hasta donde en mí era el amor. Desde entonces lo que en verdad es se expande naturalmente. Personas, gestos, cosas, en suma: el mundo alrededor ha ido tomando su auténtico lugar, revelado el peso, la resonancia.

No sólo el hoy, también el pasado entero se resignifica bajo estos signos.

12 de abril de 2012

gorriones

Si él está, hay migas de pan por toda la cocina, por todo el comedor. Los tres las juntamos religiosamente y se las damos a los pájaros.

11 de abril de 2012

poderes

Antes de dormir, este ejercicio de luz: agradecer. Incluso las sombras que cada tanto emergen con claridad aterradora. Puedo empezar y quedarme dormida al instante, o decir dos frases y ponerme a volar. Otras veces es un imán, un mandala infinito bordado con lo que trae el día. Infinito: de adentro hacia afuera.

10 de abril de 2012

Ensimimada

amores perros

Voy a darle de comer a Cabrito. Hice barro cuando le cambié el agua y es justo frente a ese charco que lo espero. Él se acerca despacio, rodeando "la cosa", pisando con suma suavidad. Me da ternura, y mucha gracia verlo así, con sigilo felino. "¡Cabrito, no seas tan delicado! ¡Sos un perro!" Obediente pisa con fuerza el agua y las pintas marrones explotan en mi ropa y cara.
Ahora sí me estoy riendo fuerte de mi propia torpeza. En voz alta le agradezco -otra vez- su lección, su delicadeza animal.

9 de abril de 2012

Me devolvió la ropa con un perfume tan rico que no pude evitar ponérmela para dormir.

8 de abril de 2012

7 de abril de 2012

Cuando no me puedo dormir pienso en nombres, sus diminutivos y apodos correspondientes. Pruebo llamando, pero todavía no hay uno que sea.

Donde vamos a vivir no hay nombres prohibidos y eso alimenta mi imaginación.

28 de marzo de 2012

25 de marzo de 2012

Esto no es una cita

Al silencio de aquella que permite soñar

René Char



En este época del año se abre un portal que es todo eso cayendo. Y lo eterno que, sin ánimo de redundar, todavía dura. La única diferencia entre nosotros es que yo elegí el silencio.

18 de marzo de 2012