Nuestra relación consiste en un saludo de bienvenida y otro de despedida, con intercalo de un "cómo estás" que es pura fórmula. Eso no tendría nada de extraño, ni siquiera cuando te une la sangre. Pero que pretenda que yo actúe como si hubiera algo y más, que juegue al como sí con el único propósito de mantener formas hipócritas, conmigo es cosa vana. Cualquier discurso que teja en mi contra, vuelve y la envuelve.
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