Salíamos del
bosque. Yo todavía jugaba a la esperanza y buscaba el único árbol que
nos llevaría, en sentido ascendente, hacia él. No habíamos terminado de
inventar la historia por la cual nuestro encuentro con aquel animal
efectivamente sucedía, cuando -de pronto- la futura mentira se hizo
verdad.
"No me muevo de acá hasta que se vaya", mentí otra vez, como si hubiera opción. Hipnotizada, atrapada, me sumergí en la contemplación.
Sobre una rama, en tan leve existir, mágnifico, el quetzal. Ave venida de otro mundo para edificar la belleza. Esmeralda, escarlata, a cada movimiento parecía ser uno y otro, sin abandonar jamás el misterio.
Silencio
*Publicado en La Quimera
"No me muevo de acá hasta que se vaya", mentí otra vez, como si hubiera opción. Hipnotizada, atrapada, me sumergí en la contemplación.
Sobre una rama, en tan leve existir, mágnifico, el quetzal. Ave venida de otro mundo para edificar la belleza. Esmeralda, escarlata, a cada movimiento parecía ser uno y otro, sin abandonar jamás el misterio.
Silencio
*Publicado en La Quimera
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