De un tiempo a esta parte, sigue siendo uno de los pocos a los que no puedo escuchar sin llorar. Tal vez, porque es un "volver" a la patria desde la palabra, que siempre ha sido mi punto de vibración. Y no me estoy refiriendo a Argentina, aunque también, sino más bien un regreso al origen, una inmersión en el presente. Algo que siempre es, misteriosamente, parto.
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