Mi nueva escritura no supera las dos oraciones. Voy escribiendo así, alistando -definitivamente me gustan las listas, tal vez por mi manía de presenciar un orden incumplido- frases que no llegan a ser, rastros, indicios, estelas.
En cualquier momento puede llegar un hecho, un grumo, un aroma que una lo que siempre estuvo unido, que ofrezca sin pausa un caudal.
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