22 de noviembre de 2009

"En una suerte de magia provocada por la intensidad de la vida afectiva se construye un mundo aéreo como el de muchas mitologías; en él se agitan los recuerdos, omnipresentes al igual que fantasmas, y los recuerdos son intermediarios entre las sombras del más allá y los seres que los reconocen. El culto de los muertos tiene su representación definitiva en los retratos, al igual que en los hogares antiguos en los que existían estatuillas y amuletos de dioses lares que velaban por los suyos"
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María Elena Legaz
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Jamás esperé esa respuesta. Pregunté al pasar y quedé prendida, horrible, hasta que me fui y un poco más. Lo que dicen "me tomó por sorpresa". Pasa que no me animé a preguntar nada más y cuando es así, que nada, todo pasa. Saber qué pero no el porqué. Esa manía que tengo de excavar. "(...) a la espera de que alguien me diga nunca más cortando así el círculo de las repeticiones y de las equivocaciones o de que me diga encontrarás eso por lo que excavas (...)" Miedo de tocar el dolor del otro, si me deja. De no saber nada. A mí se me hace un hueco. El meta-hueco. Lo peor es que no sé ser indiferente. Disimular, menos que menos. Si lo hiciera, me delataría. Otras cosas no sé. El asunto es que la cara se me iba para ese lado todo el tiempo, casi sin querer. Quedé ladeada. Creo que en ese movimiento involuntario y repetido, le hacía la pregunta que no pude. Prendida y silenciosa. La variación, chiquita, fue el salto. La mirada sobre otra foto en vaivén extraño.

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