6 de agosto de 2008

De lo mismo

Ay, no termines sin tutearme, che! Voceame. Si fueras pesado y hubiera que soportarte, llevarte o arrastrarte, ahicito nomás te cargo, me voy al banco de una plaza y te abandono. Te juro. Así de egoísta, cruel. Por necesidad mía ahora. "Ningún hombre o mujer necesita justificar su antología personal, sus bienvenidas canónicas. El amor no discute sus necesidades" (George Steiner). Ojala supiera ser algo más liviana. Lo intento, che, lo intento y redundo en los excesos, pero qué va.
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Veo un conejito negro saltando por la casa. Una arañita en mi vaso de agua.

Vos no sos culpable de mi silencio, reite: "no sos vos, soy yo". De película. No ando en buenas relaciones conmigo. La pucha. Mantengo un vínculo bastante conflictivo ahora. Me vigila todo el tiempo, no me da tregua, me sofoca. Para descansar me olvido. O redundo en ineficaces discursos de autoayuda y me olvido. Vos sabes que las naciones no se construyen sólo de un pasado común, de recordar, también del olvido. Hubiese sido más sano gritar, vaciarse y gritar, o meterse los dedos en la boca y gritar. Baudelaire, la niña monstruo.
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Stop. Es que soy ciega y veo todo. ¿Te imaginas? Terrible. Sensible. Digo mucho no-es: a la tristeza, a sobrevivir y no vivir; y después, afuera, clap clap. Vos me dijiste que te diga, eh. Mira es así: antes era el caos. La palabra viene y ordena. Pero no siempre.
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Además, además de olvidarme, paso y sigo. Che, a lo mejor mañana estoy radiante! Te juro. Qué breve, qué breve!. Estrellada fugaz.

Y está todo re-mezcladito, todo todo. ¿Vos decis que la palabra es otra trampajaula? Quiero decir, entre todo este dolor en el pecho, inquietud, te ví ahí en las palabras de Falco "Ir con mi corazón de calle a calle/Decirle a todos que los quiero mucho/ Subir a los pretiles,/gritarles que les quiero." Sí, de vez en vez entro y busco cosas antiguas, y sí, confieso, caigo siempre en la poesía o en los más "íntimo" (...). Y también, mirame: salgo de casa, camino dos cuadras, espero el colectivo, me pican las hormiguitas coloradas!, viene, subo, bajo, doblo, centro, compro, librerias, compulsiva y Ana Cristina Cesar. Todita para mí y para vos ahora:
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Encuentro de aterrar en la catedral

Frente a frente, derramando al fin todas las palabras.
decimos, con los ojos, del silencio que no es mudez.
Y no tengas miedo de esta gran compasiva pasional, de
esta crueldad intensa de santa que te toma las dos manos.



El primero que apareció cuando abrí el libro. No lo elegí para vos, sé azar. Algunas palabras me vuelven loca. Y las llamas, pájaros, perezosos. Ríos de Córdoba, el verde, los plumeritos, dientes de león. Y las cartas. Viajar.

Sonreí cuando dijiste "jacarandá". Me fascinan. Cuando voy al trabajo hay uno, siempre en la cuadra del frente. Pero sé cruzar. Y el suelo se llena de esas flores, hacen manta, y chau, me fui. Buscame. Y tenía una flor porteña, dentro de ese libro de Jorge Amado. El otro día lo puse lomo arriba, hice viento con las hojas y no cayó nada. Creo que la perdí; o no, la recuerdo. Tengo un viaje pendiente a Montevideo. (...). Quería ir por el mar, casi todo por el mar. Y para cruzar un río.
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(...) Qué pavo, me haces reir y me olvido, se hace una estela o sapitos en el agua si queres más verde, rompes la figurita liquída y está bueno, me hace bien así: violando la tristecita con la risa.
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Ahora te hago la misma pregunta a vos: ¿qué vas a desear cuando la tierra haya dado una vuelta más alrededor de este sol?

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Besos, mi enojo conmigo para que lo lleves al mar y lo hundas.

2 comentarios:

  1. decís eso justo que en días me voy pa chapadmalal. aguante tanto exceso de descarga!

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  2. aguante el pop!

    decir justo!

    qué me vas a traer?

    beso!

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